Como iglesia cristiana, prestamos los siguientes servicios: matrimonios, bautismos, formación espiritual, liberación y sanidad interior, curso prematrimonial, consejería y dedicación de niños. Todo esto lo hacemos fundamentados en principios bíblicos a los miembros activos de nuestra congregación.
Según el modelo bíblico registrado en Génesis 2:24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Celebramos esta unión sagrada entre un hombre y una mujer.
Siguiendo el modelo de Jesús, quien fue bautizado por inmersión durante su adultez, bautizamos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Según Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Nosotros bautizamos a personas adultas que han tomado voluntariamente la decisión de dar el paso de obediencia y consagración al Señor Jesús.
Así como lo dice nuestra visión, nuestro mayor objetivo es la formación integral del creyente a nivel intelectual, moral y espiritual. Tratando de que cada miembro de la congregación salga lo más capacitado posible para enfrentar las diversas situaciones del día a día.
Todos tenemos un pasado que nos puede afectar nuestro presente. Esta realidad nos puede llevar a vivir un estado espiritual lleno de cadenas y ataduras que impiden nuestro desarrollo personal. El Espíritu Santo ha capacitado a la iglesia para liberar y sanar por medio de la ministración de la palabra de Dios áreas tales como: problemas emocionales, hábitos pecaminosos, situaciones familiares adversas, entre otros.
Eclesiastés 4:12 “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” Este principio bíblico nos enseña la imperiosa necesidad de involucrar a Jesús como el centro de todo matrimonio para poder contrarrestar las muchas situaciones adversas que se puedan presentar en la vida de una pareja conformada por un hombre y una mujer.
Nuestros pastores nos brindan la oportunidad de hablar sobre tópicos y situaciones personales para recibir consejo según la palabra de Dios y poder tomar las decisiones más acertadas que favorezcan nuestro bienestar.
El libro de Lucas 2:21–23, registra la historia cuando José y María trajeron al niño Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor. Basados en este modelo bíblico, nosotros creemos que la dedicación de los niños a Dios es extremadamente importante para su formación espiritual.
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